De la necesidad del Colegio de Registradores de rehabilitar dos inmuebles de su propiedad en la Calle Príncipe de Vergara de Madrid, surge este anteproyecto cuya idea era la creación de un espacio qua aúna funcionalidad e imagen.
La conjunción de los dos edificios existentes debía resolver la sede nacional del CORPME, y albergar tanto el Registro Mercantil de Madrid como el Registro de Bienes Muebles Central. El espacio proyectado en la planta baja del edificio se concibió como punto de encuentro y zona pública de espera como un espacio flexible que pudiese ser aprovechado como un lugar multiusos si un evento así lo requería, ampliamente configurable según las necesidades presentes y futuras.
El atrio/patio que vertebra el edificio ordena el espacio que gira a su alrededor, permitiendo adecuar, sin limitaciones físicas, la configuración a los requisitos cambiantes que puedan surgir para adaptarse a las necesidades funcionales, sean cuales sean, permitiendo una libertad absoluta a la hora de componer nuevos departamentos o reconfigurar éstos.
